Hoy os traigo una escena de El discreto encanto de la burguesía de Buñuel. Es muy sutil. Casi demasiado porque es fácil que esta pequeña escena pase desapercibida. Encierra, en mi modesta opinión, una bonita metáfora visual.
Un padre se muestra frío e indiferente con su hijo. Tras la muerte de su madre, se va a desembarazar de él enviándolo a una academia militar. Incluso lo viste como un soldadito para la ocasión.
El niño sale del despacho. Acaba de sufrir un importante varapalo emocional y nos parece ver que pierde el equilibrio, apoyándose en las paredes del pasillo. ¿O tal vez esta jugando a rebotar y a sujetarse entre las paredes? Es un juego habitual entre los niños de esa edad...
Sigue "tambaleándose" hasta que finalmente, vemos cómo salta a la pata coja como si hubiera unos cuadrados dibujados con tiza en el suelo.
Es una bonita metáfora para mostrar cómo, a veces, los niños se refugian de los adultos jugando.
Buenas tardes querido tocayo, creo que en esta hermosa escena de esta gran película de Buñuel al niño le és robada su infancia.
ResponderEliminarY aún puede verse y escucharse una alusión burlesca y premonitoria a la marcha militar que el niño probablemente deberá de realizar marcando el paso.
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