Almodóvar y el cine-emoción.


Almodóvar se le fue la mano...
...buscando lo que tan bien sabe encontrar: la emoción.

En Volver, la escena del cante es preparada como una de las grandes escenas de la película y Almodóvar quiere desbordarnos a toda costa. Para ello tiene en cuenta que las emociones se transmiten mucho mejor si conseguimos que el espectador se identifique con la mirada de algún personaje de la historia.
Presentar a Raimunda (Penélope Cruz) cantando una emotiva canción delante de un improvisado y sorprendido público está bien. Pero es aún mejor mostrarnos a la abuela Irene (Carmen Maura) oyéndola (sin haberla visto todavía) después de muchos años. Se produce entonces una transferencia al espectador de la emoción de una madre que llora por su hija añorada. Pero Almodóvar es ambicioso. Almodóvar no tiene suficiente y decide que también sea Paula (hija de Raimunda) la que descubra "lo bien que canta su madre", carambola del todo inverosímil, teniendo en cuenta que madre e hija han vivido siempre juntas, se quieren y se llevan bien. Las mujeres que cantan estupendamente, acostumbran a hacerlo y sus hijas suelen imitarlas. En la cocina o en el coche, en la ducha o en un día de campo.


Espectacular hasta con un mantelito de picnic

De todas formas, que nadie se lleve a engaño. Almodóvar es un gran guionista, capaz de hacer creíble la idea más absurda. En Volver, por ejemplo, "la abuela Irene como fantasma del más allá, reconvertida a inmigrante rusa ayudante de peluquera". Esta delirante idea es el embrión que hace posible la película y la sustenta. Hacerla creíble es endiabladamente difícil y Almodóvar lo hace con un desparpajo y una naturalidad pasmosa. 


3 comentarios:

  1. Pues estoy de acuerdo, hasta que Almódovar nos deleita con Penélope Cruz ejecutando un penoso "playback"...jeje
    Saludos

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  2. Yo soy menos comprensivo con el director. Pienso que sacrifica demasiadas cosas para la emoción. Y pienso que pone poco orden en sus ideas. Se deja llevar por un hayazgo en cualquier punto de la obra y manda al infierno todo lo que había construído hasta ahí. Lo hace siempre.

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  3. De todas formas eso del espíritu de la madre muerta, -una mujer con mucho empuje-, guiando a la protagonista; ya lo había rodado (¡y mejor!) Manuel Gutierrez Aragón en "La mitad del cielo".
    Almodovar nunca ha sido santo de mi devoción y esta película me parece sencillamente ridícula.

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