Recuerdo cuando vi el trailer de Lost Highway allá por el 98. Me quedé helado. Comenzaba con esa carretera frenética pero en silencio, y tras varias imágenes relámpago, nos introducían en la secuencia de la fiesta. El trailer se limitaba, prácticamente, a poner esta escena lo que ya era de por sí bastante extraño, pero ¿de que iba aquello? ¿Como era posible que alguien te diga que lo llames a tu casa?
Al parecer, alguien ha estado enviando cintas de video a Fred y a René que contienen imágenes de ellos mismos durmiendo en su propia cama. Están, lógicamente, muy nerviosos e incluso han llamado a la policía (que, obviamente, no puede hacer nada).
Van a una fiesta y Fred se pone celoso de lo bien que se llevan René y Andy. René lo manda a buscar unas copas (casi una humillación) y entonces sucede esto:
Desde una perspectiva argumental, es una locura sin pies ni cabeza. ¿Por qué Fred le sigue el juego y no lo denuncia a la policía? ¿Realmente lo invitó a su casa? ¿Esta realmente en su casa o tiene un compinche y todo es un truco? ¿Quieren volver loco a Fred?
Frío, frío. Y sin embargo, todo parece tener una extraña lógica interna...
En mi modesta opinión, es una magnífica manera de decir que has dejado crecer un sentimiento enfermizo en tu interior. Fred ha cedido a su lado oscuro y ha "invitado" al mal a entrar en su casa porque esta podrido de celos por René. Las cintas no son mas que el deseo de controlarla llevado a su máxima expresión. Ni cuando René esta dormida al lado suyo, se fía de ella.
Una magistral manera de personificar el mal y cómo a veces, movidos por el odio, queremos que este a nuestro lado. Y como no es algo que nos guste, no dudaremos en censurarnos a nosotros mismos ( No, creo que no nos conocemos) esa parte oscura, ese pensamiento malsano o ese acto reprochable...
En mi opinión, el tío-raro-sin-cejas no tiene una representación moral, sino puramente psicológica. El retrato que hace Lynch de la esquizofrenia en esta peli me parece lo más acojonante que se ha visto en el cine sobre el tema.
ResponderEliminarEs uno de esos casos maravillosos en los que un director con una serie de obsesiones temáticas y estéticas, cuya filmografía es una repetición sistemática de esas señas de identidad, encuentra un proyecto en el que todas ellas están justificadas. Es la clave para entender lo que es contar una historia: meterte dentro, tanto conceptual como estéticamente.
Lynch me ha rayado y hasta cabreado tantas veces como me ha dejado tonto de fascinación, pero en ninguna peli lo ha conseguido tanto como en ésta. En otras palabras: esta peli encontró su director ideal, y no al revés. Así, todas sus pajas mentales repetitivas e inconexas encontaron su lugar y, sobre todo, su por qué.
Saludos.
David Lynch es un director que podrá gustar más o menos; pero está claro que sus películas no dejan indiferente. He visto todas sus películas y creo que en las más "extrañas" es donde su genialidad se desarrolla mejor, estoy hablando, por ejemplo de "Cabeza borradora", "Carretera perdida" o "Mulholland drive". Coincido con Mentalo en su apreciación y con vania en la suya del "tío raro sin cejas", como producto del subconsciente.
ResponderEliminarOs recomiendo que leáis una entrevista que le hicieron en la revista "Dirigido" nº 308. Lynch deja bien delimitado la base del argumento de sus películas. Entre otras frases destaco, por ejemplo, acerca de Mulholland drive, el director afirma que tiene "un argumento extremadamente lineal", o a la pregunta de ¿Cómo desarrolla habitualmente sus argumentos?; responde lo siguiente: "No sé muy bien cómo se generan. Se van dando a partir de ideas. Para mí las ideas lo son todo. Siempre me ha llamado mucho la atención cómo todo es el resultado de una idea. Lo difícil es atraparlas...". Sin duda, el subconsciente y la imagen van de la mano en sus películas. Saludos
Bienvenido tio vania (me gusta tu blog, bastante mucho) y hola de nuevo jesuseme.
ResponderEliminarSin afán de convencer a nadie, insisto en que el tio-raro-sin-cejas es, simple y llanamente,la representación del mal que hay en cada uno de nosotros. Eso explicaría que el tio-raro sea amigo de Dick Laurent (el ganstern) y que también haga "trabajitos" para él.
Un saludo
Yo, que amo y odio a David Lynch a partes iguales, creo que Carretera Perdida es, sin duda, su mejor película hasta la fecha, y la escena que has elegido, la que me convenció de ello.
ResponderEliminarDe "una historia verdadera" no hablo porque esa, aunque maravillosa, la rodó bajo la influencia de su otra personalidad, claramente.
Es curioso el caso de una historia verdadera. me encanta, pero creo que la planificación de Lynch es a veces un poco chapucera.
ResponderEliminaracabo de descubrir este blog, está muy bien
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