El otro día estuve viendo Serpico de Sidney Lumet.
La historia de un policia íntegro que se mantiene al margen de todo un departamento lleno de corrupción.
Me fijé en que a partir del momento en que Serpico decide no entrar en los chanchullos de sus compañeros (alrededor del minuto 55), Lumet filma a Al Pacino siempre aislado, sin compartir plano con ninguno de ellos. Para ser más exactos, comparten plano al comienzo de las escenas hasta que Serpico se pronuncia en contra o se niega a entrar en la red de corrupción. La regla se cumple a rajatabla durante toda la película. Veamos un ejemplo. Serpico tiene un nuevo compañero que dedica una parte de su jornada laboral a recoger dinero de traficantes y burdeles como pago a hacer la vista gorda.
Dentro del coche comparten plano mientras Serpico escucha a su nuevo compañero y cómo se justifica. Serpico puede llegar a entenderlo. Pero aceptar el dinero es distinto. Cuando lo rechaza, la cámara se situa en el asiento de atrás y encuadra en diagonal solo a un personaje a la vez.
Este plano (filmado desde detrás en diagonal) es un buen plano para mostrar desacuerdo o incomunicación. Lo veremos a menudo:
Los sin nombre de Jaume Balagueró.
Cortometraje Alumbramiento de Eduardo Chapero-Jackson.
Veamos otro ejemplo muy relacionado con esto de compartir plano.
Traumalogía de Daniel Sánchez Arévalo. El padre del novio sufre un infarto en la iglesia. La pareja preocupada espera en el hospital. Comparten plano.
Pero poco a poco, surgen las dudas y la desconfianza mutua. Mismo plano que Serpico y Alumbramiento, intenciones similares: remarcar el distanciamiento.
Pero ¿por qué funciona tan bien este plano? ¿No sería lo mismo filmarlos por separado pero de frente, por ejemplo? También serviría (como luego veremos) pero, en mi opinión, este plano se corresponde mejor con la percepción subjetiva que tenemos cuando estamos enfadados con alguién y nos vemos obligados a compartir el mismo espacio con ese alguién (un coche, el sofá delante de la tele, etc). De alguna manera, vemos de reojo a la otra persona y aunque la discusión continue, lanzamos miradas furtivas sin coincidir con la mirada de la otra persona (que esta haciendo lo mismo).
La discusión continua. La pareja está en una auténtica crisis. Sánchez Arévalo radicaliza la idea de "no compartir plano" reforzándolo con un llamativo descentramiento. No quedan muchas más opciones, así que los rueda de frente.
Esta notable solución visual me recordó bastante a una secuencia de Tierra. Aquí no hay distanciamiento sino imposibilidad de consumar el acercamiento. Angel y Mari se sienten atraidos pero todavía, por circunstancias varias, "no pueden tocarse". Medem los sitúa en los bordes del cuadro como dos peces a un centímetro pero en peceras distintas.
Ante todo felicitarle por haber vuelto a la vivi (vida virtual). Además, el análisis me parece muy acertado, veo que mantiene usted intacto el sentido analítico.
ResponderEliminarRealmente no he visto serpico, pero ahora mismo la busco y me pongo a verla.
Un saludo.
Totalmente de acuerdo en todo lo que comentas. Lo de compartir, o no, el plano es algo muy interesante. Hitchcock era un maestro utilizando esta técnica. Ahora bien, eso de poner la cámara en la parte de atrás del coche se hace a veces porque es el sitio más fácil. Rodar a unos personajes dentro de un coche en movimiento no es tan sencillo como pueda parecer.
ResponderEliminarBien visto Carlos. Muchas veces los planos estan muy condicionados por el espacio, por la facilidad de situar la cámara aquí o alli. De todas formas, estamos hablando (en este post) de cortometrajes y películas de bastante presupuesto.
ResponderEliminarHola, qué tal,
ResponderEliminarMe alegra verle de vuelta Doctor, que se agradecen lugares como éste que a pesar de lo grande de la Interné y de la abundancia de sitios dedicados al cine, escasean.
La importancia capital de los espacios laterales del encuadre, ya se esté rodando o no en formatos panorámicos más o menos anchos.
Un saludo.
Sobre Serpico y los demás coches, es interesante la lectura que hace, Mentalo. Sin embargo, y no es por cortarle el rollo, me temo que la decisión de planificar de esa manera se debe más a que la segunda escena tiene lugar con el coche en movimiento y una montura externa para la cámara costaba un dinero que no tenían o no se querían gastar en eso. Las decisiones de producción crean lenguaje, y es muy posible que ésta sea una de esas veces.
ResponderEliminarLos ejemplos de Traumatología y Tierra están muy bien traídos.
Welcome back.
Algunos ejemplos interesantes más en:
ResponderEliminarhttp://tecnicacinematografica.blogspot.com/2008/05/estar-o-no-en-el-plano.html
Viendo “Million Dollar Baby” he recordado lo que comentas sobre los planos-contraplanos rodados desde atrás de “Traumatología”. Planos idénticos se pueden ver cuando Morgan Freeman, en una cafetería, quiere convencer a la chica de que deje a su entrenador (Clint Eastwood). Es una situación muy embarazosa en la que Freeman está haciendo todo “a espaldas” de su mejor amigo.
ResponderEliminarJustamente hace unos dias también pensaba en la toma con la cámara en el asiento de atrás del coche, de la que no puedo evitar relacionarlo con una regresión a la infancia, mientras uno ve a los 'mayores' hablar entre ellos mientras uno se siente un espectador invisible de la comedia. En el asiento trasero uno es cegadamente dependiente, por lo cual la atención es máxima, tanto a los hablantes como al recorrido del coche.
ResponderEliminarNo sabía que existian este tipo de blogs en español... Muchas gracias por su aporte al cine.
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