Harry, el sucio

Don Siegel busca un Harry equilibrado: obediente y rebelde.

Harry Callahan es un brillante policía que no cae demasiado bien dentro del departamento. Es insolente y no duda en enfrentarse a quién sea para defender sus ideas y métodos. Pero, a su vez, respeta la cadena de mando. Don Siegel plantea esta escena de Harry, el sucio (1971) teniendo muy claro que debe conservar este delicado equilibrio.



¿Que estrategias utiliza Siegel para conseguir el equilibrio?

Vayamos por partes. Comenzamos con un Plano General. Un plano de situación que nos permite hacernos una idea del espacio y de cómo se encuentran ubicados los personajes. Especial atención a cómo esta sentado el jefe trepa de Harry.

Lo primero que hace Siegel es no sentar a Harry inmediatamente. El alcalde pregunta rápidamente lo que habilita a Harry para quedarse ahí plantado, de pie junto a la puerta, contestando a la pregunta y a la misma altura que el alcalde, cual pistolero a las puertas del Saloon.

Cortamos a Harry en primer plano contestando de manera brusca. Para transmitir que no se rebaja, la cámara se situa a la altura de sus ojos. Ni en picado ni en contrapicado.

Después de un breve contraplano del alcalde, vemos ya en Plano General, la auténtica razón de sentar mal al jefe trepa de Harry. Nos va a permitir que se levante de manera rápida para hacer un ademan de control sobre Harry. La sibilina manera en que se sienta en la otra butaca transmite que, en el fondo, tiene miedo de enfrentarse a Harry.

El alcalde invita a Harry a sentarse. Lo hace de manera muy educada lo que diluye cualquier atisbo de autoritarismo. Harry tiene entonces dos opciones: la butaca a la derecha que ha dejado el jefe trepa o la reluciente butaca central que no esta puesta allí por casualidad. Harry, ayudado por un sutil gesto del alcalde, elige la butaca de la derecha, desmarcándose de sus jefes.

Ahora es necesario mostrar la autoridad del alcalde sin minar la naturaleza díscola de Harry. Siegel plantea este compromiso en términos de picado y contrapicado. Sentar a Harry y mantener al alcalde de pie en todo momento va a favorecer la planificación. Siempre que el alcalde hable con corrección, veremos a Harry en picado (en situación de sumisión) y al alcalde en contrapicado (en situación de dominio, poder).

Pero en el momento en que Harry sea cuestionado o discrepe del alcalde, la cámara volverá a situarse a su altura, devolviéndole la fuerza y la posición cedida.

Otro de los elementos vertebradores importantes de la escena es el jefe trepa de Harry. Interrumpe a Harry en dos ocasiones acompañando la interrupción con el movimiento de levantarse, movimiento que representa muy bien ese deseo de destacar, de ganar posiciones, de ascender.

Ante esto, Harry es filmado de nuevo a la altura de sus ojos. Funciona porque nos transmite que Harry esta donde quiere estar. Las medallas le dan lo mismo y si no contesta es porque no quiere. Si cometemos el error de filmar ese momento en picado, Harry hubiera parecido un cobarde.

Pero que a Harry le de lo mismo, no significa que al espectador también. No admitiríamos bien que  el jefe trepa saliera victorioso y por eso es necesario dejarlo en evidencia con una pregunta (bastante trivial, por cierto) y subrayar el momento con un inserto del jefe con cara de tonto “descendiendo”.

El jefe de policía también se levanta para imponer su autoridad pero le da la espalda a Harry. Es una estrategia casi idéntica al ademan que hace el jefe trepa al inicio de la escena. Me levanto pero no me atrevo a enfrentarme a Harry.

Mención aparte merece el último plano del alcalde.

Aunque estrictamente hablando no hay un salto de eje, el efecto es parecido. Durante toda la escena, la cámara se ha situado a la derecha de la linea imaginaria creada entre Harry y el alcalde pero en este último plano, la cámara esta a la izquierda. Es un “cambio” buscado que transmite que Harry ha convencido al alcalde.